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Los lácteos son un grupo de alimentos a los cuales se le atribuyen propiedades beneficiosas para el organismo, pero eso no quiere decir que se trate de un alimento imprescindible que tenga que tomarse sí o sí, ya que los nutrientes que los forman pueden obtenerse de otras fuentes de alimentación y llevar una alimentación completamente sana y equilibrada.
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De un tiempo a esta parte, se ha puesto sobre la mesa si los lácteos deben ser un grupo de alimentos imprescindibles en nuestra dieta.
La palabra imprescindible en nutrición es una palabra muy arriesgada para atribuir a un grupo de alimentos, ya que nuestro organismo funciona en base a micronutrientes (vitaminas y minerales) y macronutrientes (grasas, proteínas, e hidratos de carbono). ¿Qué quiere decir eso? Que estas sustancias pueden estar presentes en muchos tipos de alimentos diferentes. Por lo tanto, bajo esta premisa, es muy difícil que un alimento en concreto sea de ingesta obligada.
Además, si un grupo de alimentos, como en este caso los lácteos, fuese indispensable en nuestra dieta, tanto los intolerantes, como lo alérgicos a éstos no podrían vivir, y obviamente eso no es así, ya que existen otras fuentes de las que se pueden obtener las sustancias esenciales que necesita el organismo para vivir.
¿Quiere decir esto que no tengo que consumirlos? Eso lo tienes que decidir tú, si eres una persona a la que le gustan los lácteos, los toleras bien y no hay nada que te lo impida, adelante. Cuanto más variada sea tu alimentación y menos restricciones le pongas, más fácil será que no tengas carencias nutricionales y un buen estado de salud.
Además, al César lo que es del César, y los lácteos son un grupo de alimentos al que se le atribuyen fantásticas propiedades: disminución del riesgo de padecer diabetes tipo II, reducción del riesgo de los elementos del síndrome metabólico, también están relacionados con la pérdida de peso, etc.
Por otra parte, es muy muy muy importante recalcar, que si has decidido consumir lácteos, debes elegir aquellos de buena calidad, sin azúcares y otros aditivos que convierten a estos a alimentos en un producto no saludable, y por desgracia, la gran mayoría de los “lácteos” que consume la población y que inundan las estanterías de los supermercados son productos basura: natillas, flanes, yogures desnatados con mucho azúcar o edulcorantes, leches con cacao repletas de azúcares, etc.
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¡SI QUIERES CONSUMIR LÁCTEOS QUE SEAN DE VERDAD, ENTEROS Y NO AZUCARADOS!
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