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De hace un tiempo a esta parte los huevos eran considerados el demonio de la gastronomía y debían consumirse con moderación sin sobrepasar las tres unidades a la semana, siempre y cuando fueses una persona sana. Si por el contrario, tenías el colesterol alto o alguno de los parámetros que indican riesgo cardiovascular, la cosa cambiaba y debía haber una restricción prácticamente absoluta. ¿Qué hay de cierto en esas recomendaciones? ¿Debe seguir siendo así? La nutrición es una ciencia, y como tal, avanza. Se trata de una disciplina dentro de la sanidad que está en continuo desarrollo, y cuyos profesionales deben actualizarse, reciclarse y avanzar. El problema de todo esto, es que las personas que a día de hoy dan las recomendaciones dietéticas de forma directa a la población, son los médicos y enfermeras que aunque tienen una nociones básicas sobre el tema, no estudian en profundidad sobre ello y no están completamente actualizados, de ahí, que aún se sigan dando recomendaciones completamente antiguas. ¿Por qué se prohibían los huevos? Los huevos contienen grasas saturadas, y antiguamente se creía que éstas tenían un efecto negativo en la salud cardiovascular, ya que aumentaban la formación de placa de ateroma, y por lo tanto aumentaba el colesterol LDL (colesterol malo). En la actualidad, ya que hay múltiples estudios que lo corroboran, se sabe que no todas las grasas saturadas son malas, sino que depende de la matriz del alimento y de dónde provengan, no es lo mismo la grasa saturada que aporta un huevo, que la grasa saturada que aportan los alimentos altamente procesados, como pueden ser las galletas, la bollería, etc.
¿Cuántos huevos debemos consumir? Cada uno debe consumir el huevo que quiera, siempre y cuando no se releven otros alimentos importantes de la dieta, como pueden ser las frutas, las verduras, las legumbres, etc. Es decir, si una persona basa su dieta en los huevos y por ello, deja de consumir otros alimentos importantes, dejaría de hacer una dieta saludable, debido a que su dieta carecería de nutrientes esenciales. Si por el contrario, una persona lleva una dieta equilibrada, ingiriendo todos los nutrientes esenciales, compone su alimentación de alimentos reales: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y tiene por costumbre incluir un huevo en su desayuno o cualquier otra parte del día, no habría ningún problema y podría ser una persona perfectamente saludable. ¿Y si tengo el colesterol alto? También. El aumento del colesterol no está condicionado por la dieta de forma directa, es decir, no porque consumamos más huevos o más alimentos con grasas saturadas vamos a tener más colesterol. Lo que sí es importante mencionar es que hay otros factores directamente relacionados, como son el alcohol, el tabaco, el sedentarismo, y también la obesidad, por lo que la dieta en este caso, se convierte en un factor de protección. También se sabe que el colesterol está principalmente condicionado por los genes, por lo que nuestra predisposición a las enfermedades cardiovasculares está escrita en nuestro ADN. Desde el punto de vista nutricional, el huevo contiene una proteína de un altísimo valor biológico, además de ser muy saciante, lo que lo convierte en alimento ideal para incluir en cualquier dieta. Desde el punto de vista gastronómico también es ideal, pues es muy versátil, ya que se puede cocinar de múltiples maneras, e incluir en múltiples platos.
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