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Si has llegado hasta este artículo buscando una más de tantas y tantas dietas milagro que surgen y resurgen estos días, con la que te prometamos y perjuremos perder 10 kilos de peso en una semana, sin esfuerzo y para siempre jamás… sentimos tener que decirte entonces que éste no es tu sitio. Ahora bien, si lo que quieres es que te demos unos consejos prácticos y sencillos para conseguir llevar una dieta mucho más saludable, la cual muy probablemente te ayudará a, entre otras muchas cosas, bajar de peso, entonces… ¡adelante, sé bienvenido, y continua leyendo! Darle un giro radical a tu dieta, y que pase de ser una dieta insana o poco sana, a ser una dieta MUY sana y equilibrada, es muy fácil si sigues estos consejos: 1. Aprende a «saber leer» las etiquetas de información nutricional de los productosEs muy, muy importante saber interpretar correctamente toda esa información antes de elegir un producto u otro. Olvídate de las calorías y dirígete directamente a los ingredientes; debes conocerlos todos, y si hay alguno que no sabes qué es, intenta conocerlo antes de comprar (hoy en día, puedes hacer una rápida consulta a tu móvil mientras tienes el producto en la otra mano). Si estás empezando en esto de saber leer etiquetas, nuestra principal recomendación es que elimines de tu cesta de la compra todos aquellos productos que lleven más de cinco ingredientes; poco a poco cogerás soltura y quizás puedas empezar a hacer excepciones a este consejo, pero al mismo tiempo te irás dando cuenta de que es raro que un producto con una larga lista de ingredientes sea saludable. 2. No temas a los hidratos de carbono, ya que ellos no son los culpables de tu mala dieta, ni de tu exceso de pesoEso sí, si aún consumes cereales refinados, debes cambiar esa mala costumbre, pasando a tomar cereales integrales. Y al hacerlo, debes tener en mente (siempre) el consejo anterior: lee la etiqueta. Comprueba que entre los ingredientes pone literalmente HARINA INTEGRAL, y que esa harina es la única utilizada (o al menos, en más de un 90%). Es muy frecuente que los fabricantes, para tratar de vender un producto como integral, añadan salvado de trigo para oscurecerlo, y que usen un porcentaje muy pequeño de harina integral y el resto sea harina blanca o refinada. Todos esos «trucos comerciales» no hacen que un alimento sea integral. 3. Huye del azúcar añadidoSi al leer los ingredientes de un producto (que no es lo mismo que su «composición nutricional») aparece la palabra azúcar, no dudes lo más mínimo: déjalo en la estantería, porque seguro que no es un producto saludable. Productos así contienen azúcar añadido, y hoy en día está más que demostrado que el consumo excesivo de azúcar está relacionado con múltiples enfermedades; por lo tanto, cuanta menos azúcar añadida tomemos, mucho mejor. No obstante, es importante remarcar que no se debe confundir el azúcar añadido de muchos productos, con el azúcar propio y natural que tienen alimentos como las frutas y muchos lácteos. Por ejemplo, si coges un brik de leche y miras su tabla de composición nutricional, o valores nutricionales (esto es, las cantidades de grasas, hidratos de carbono, proteínas, sal, etc., que contiene), verás que aparece la palabra azúcares; pues bien, esos azúcares no son añadidos, sino que son, digamos, «naturales», propios del alimento. Por eso, y aún a riesgo de ser repetitivos, es esencial seguir el primer consejo de esta pequeña lista: hay que saber leer las etiquetas. 4. Siempre que puedas, evita los supermercados e hipermercados, y haz la compra en el mercado «de toda la vida»Este es un consejo que, salvo contadas excepciones, no suele fallar de cara a conseguir llevar una dieta saludable. En la frutería, en la carnicería, en la pescadería, en la tahona, etc., es difícil encontrar alimentos altamente procesados, que son los que suelen contener azúcares añadidos (además de otros ingredientes aún menos recomendables), y los que generalmente llevan muchos ingredientes en su etiqueta, la mayoría de ellos artificiales y que no sabemos ni qué son. El consumo de alimentos y productos lo más naturales posible (o lo que es lo mismo, lo menos procesados posible) te asegurará en gran medida que tu dieta sea sana, equilibrada, y ajustada a tus necesidades. 5. Planifica con antelación tus menús diarios, y haz una compra semanalDeja a la improvisación lo menos posible. Haciéndolo así, reducirás enormemente las posibilidades de terminar comprando y comiendo «lo primero que pilles», lo cual muy probablemente no será una buena opción. Prueba a seguir este consejo, y rápidamente comprobarás que tener ya todo en el frigorífico ayuda, y mucho, a hacer las cosas bien hechas. Y si se puede y quieres ir un paso más allá, dedica buena parte de una mañana o de una tarde a elaborar las comidas del menú semanal, y tenerlas así ya preparadas en tuppers; verás como dedicar un largo rato a cocinar se hace menos pesado que cocinar todos los días, y tener la comida ya lista, solo a falta de calentarla, tendrá la recompensa de que es menos probable que caigas en tentaciones poco o nada aconsejables. Si queréis saber más sobre como planificar, haced click aquí.
Como puedes ver, la base de una dieta saludable radica en tener un buen conocimiento de que lo comemos, para así poder hacer las elecciones adecuadas. Si no tienes soltura en saber leer etiquetas, o te surgen siempre muchas dudas sobre si un ingrediente es o no saludable, o si simplemente prefieres que te guíen de forma experta y profesional a la hora de elaborar tus menús semanales, lo mejor es que pidas ayuda y consultes a un dietista-nutricionista (eso sí, asegúrate de que efectivamente lo sea —un dietista-nutricionista es necesariamente un graduado universitario—; hoy en día hay muchos supuestos «expertos en nutrición», cuya formación suele ser muy deficiente, y ello puede poner en riesgo tu salud); te aseguramos que muy pronto serás consciente de que el dinero invertido en esas consultas resultará una muy muy buena inversión. También, si consideras que llevas una alimentación saludable pero aun así tienes exceso de peso, pasas malas digestiones, no rindes como deberías en el deporte que practicas, etc., acude a la consulta de un dietista-nutricionista; él es el profesional sanitario que sin duda te ayudará a encontrar las soluciones adecuadas a todos tus problemas de alimentación.
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