Desde hace muchos años, el pan blanco de trigo es uno de los imprescindibles dentro de nuestra mesa en la dieta española, ya que se trata de un alimento de fácil elaboración, barato y que proporcionaba la energía necesaria para pasar el día por su alto contenido calórico.
Dentro de sus propiedades nutricionales destacan su contenido en fósforo, mineral que forma parte de funciones importantes como la formación de los huesos, ADN, formación de transporte de la energía, etc. También tiene gran cantidad de potasio, que interviene en funciones tales como la transmisión nerviosa, contracción muscular y formación de proteínas.
Es importante mencionar que es un alimento que generalmente tiene un alto contenido en sal, por lo que deben tener cuidado en su consumo los hipertensos, aunque también existe la opción de consumirlo sin sal.
A día de hoy, se sabe que es mejor opción consumir pan integral en vez de pan blanco, ya que está elaborado con los cereales sin refinar, de tal forma que contiene el grano entero y por ello, incluye otros nutrientes beneficiosos de suma importancia, como por ejemplo la fibra, que hace que se metabolicen los azúcares más despacio, ayuda al tránsito intestinal, previene el cáncer de colon, etc. Esto es muy significativo si hablamos de personas diabéticas o con problemas de azúcar, ya que previene los picos de glucosa que no suelen ser buenos aliados de dichas personas. Para tener más información sobre esto, se puede ver un artículo más completo sobre este tema pinchando aquí.
Deben poner también especial atención aquellas personas alérgicas o intolerantes al gluten, ya el trigo es uno de estos cereales que contienen esta proteína que su metabolismo no es tolerar.
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