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Estoy segura de que muchos de nosotros, cuando éramos niños, hemos escuchado a nuestros padres las siguientes frases:
Muchos padres y madres, sin darse cuenta, utilizan este tipo de frases para dirigirse a la comida delante de sus hijos, sin saber el efecto negativo que puede tener para ellos, y que además, probablemente les acompañe el resto de su vida. Vamos a analizarlas una a una: "Si te comes todas las judías, después te doy un helado"
"Hoy tocan espinacas, ¿vale cariño?, ya mañana te hago macarrones"
"Es igual que su padre: no hay forma de que coma verduras"
¿Cuál es la moraleja de todo esto? La mayoría de los comportamientos que tienen los niños hasta cierta edad, vienen por imitación hacia las personas que tienen como ejemplo: sus padres, abuelos, maestros, hermanos mayores, etc. De tal forma, que es muy importante transmitir mensajes positivos hacia la comida, cualquiera que sea. Si desde el momento en el que introducimos los alimentos a los más pequeños, lo hacemos de una forma alegre y les expresamos que aquello que les estamos dando está muy rico, es muy probable que les guste y que sean consumidores de ese alimento el resto de su vida. Fomentado una dieta sana, variada y equilibrada.
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