En muchas ocasiones se ha hecho responsable de los problemas de peso a un mal funcionamiento de la glándula tiroides. Hoy en día, se sabe que restablecer los valores normales de hormona tiroidea es sencillo siguiendo un pequeño tratamiento, por lo que la tiroides no es la causa de la obesidad si no de los malos hábitos alimentarios y la ausencia de actividad física.